
Bolsa, mercados y cotizaciones
Según adelanta EL ECONOMISTA los mercados y las inversiones en este nuevo año van a ser muy complejas.
autora Letizia Aragüés Cortés
EL ECONOMISTA
- Compañías que antes se consideraban cíclicas podrían ser ahora valores defensivos
- Una cartera equilibrada para cubrirse de la volatilidad es la mejor opción
- La tendencia de la inversión growth frente al value podría estar cambiando
ras cerrar un 2020 que no dejó a nadie indiferente ahora la tarea está en vaticinar qué pasará con la renta variable en los próximos doce meses, que apuestas se tienen que mantener y cuáles modificar. Ante la fuerte incertidumbre en medio de la cual llega el 2021, una de las preguntas que se hacen los inversores es si confiar en que este será el año de la ansiada y rápida recuperación, y por tanto, apostar por los sectores cíclicos de cara al nuevo ejercicio, o si por el contrario, no está tan cerca como parece el fin de esta crisis y los activos defensivos lo volverán a hacer mejor este 2021.
Las acciones no cíclicas o defensivas se caracterizan por tener bajas volatilidades y resistir a grandes shocks económicos ya que los sectores a los que pertenecen tienen demandas estables o inelásticas, algunos ejemplos son las compañías dedicadas al consumo básico, farmacéuticas o utilities. Por el contrario, las acciones cíclicas forman parte de empresas con demandas muy elásticas que se ven muy afectadas por el ciclo económico.

Desde la gestora europea Janus Henderson destacan la necesidad de mantener una cartera muy equilibrada entre estos dos tipos de valores para protegerse así de fuertes volatilidades de cara a un año en el que seguirá reinando la incertidumbre. La gestora defiende que en un contexto tan cambiante como el actual, una cartera equilibrada ofrece flexibilidad para pasarse a empresas defensivas o cíclicas, dependiendo de la rapidez con la que se normalice la situación.
Pese a que por un lado la entidad mantiene la cautela respecto a la recuperación económica de este año, esta también avisa de que observa grandes oportunidades de inversión en los sectores cíclicos, cuyas rentabilidades deberían mejorar considerablemente a medida que la normalidad aumenta. La gestora destaca los potenciales de empresas dedicadas al automóvil, las aerolíneas y los bancos de cara al nuevo ejercicio.
Por otro lado, desde Janus Henderson avisan de que la pandemia ha acelerado cambios estructurales que ya estaban sucediendo en el mercado y que a la hora de diversificar las carteras entre valores defensivos y cíclicos es muy importante considerarlos. El coronavirus ha cambiado nuestra forma de vivir y esto se refleja en la bolsa, compañías queantes se consideraban cíclicas podrían haberse convertido ahora en sectores defensivos. Desde la gestora apuntan a compañías dedicadas al reparto de comida a domicilio, farmacias online, compañías de torres de telecomunicaciones o de juegos como algunas de beneficiarias de este cambio estructural.
Otro de los factores clave que lidera la renta variable en este año es la sostenibilidad, los valores relacionados con la economía verde lo han hecho mejor de lo esperado durante el complicado 2020. Jaime Ross, gestor de la firma, asegura que «La sostenibilidad es otra temática que ya estaba cobrando importancia antes de la crisis, pero tras esta será más importante que nunca. Más que para varios años, creemos que se trata de una temática para varias décadas».
Atentos al growth vs value
Otro de los clásicos debates a los que hay que prestar atención este año es sobre si decantarse por la inversión growth o value. El primer tipo de inversión de basa en empresas en fase de expansión que pueden continuar creciendo de forma significativa en los años siguientes, caracterizadas por un alto crecimiento del BPA a largo y corto plazo. Por otro lado, las empresas value forman parte de sectores más estables y recurrentes, con crecimientos más limitados como son las eléctricas, concesiones, autopistas o alimentación.
Desde la firma de inversión aseguran que pese a que durante muchos años, el factor de estilo growth se ha comportado mejor que el value, debido a los bajos tipos de interés y la baja inflación (el índice MSCI World Growth subió un 32,8% en 2020 frente al MSCI Value que retrocedió un 3,5%), esto podría estar cambiando ante las esperanzas de la vuelta a la normalidad.
Desde noviembre, el MSCI World Value lo está haciendo mejor y gana un 18,7% frente al MSCI growth que sube un 16%. «El growth versus value es otro factor clave para tener en cuenta en 2021, ya que nos dirá todo lo necesario sobre si la recuperación económica gana o pierde ritmo. La renta variable debería actuar como indicador de cambio futuro», asegura Jaime Ross de Janus Henderson
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